XLVIII

En la búsqueda del conocimiento,
cada día, algo se agrega.
En la práctica del Tao,
cada día, algo se desecha.
Menos y menos, necesitas forzar las cosas,
hasta que, finalmente, alcanzas la no-acción.
Cuando nada se hace,
nada queda sin hacerse.

La maestría verdadera puede lograrse
dejando que las cosas vayan a su propio modo.
No se puede ganar interfiriendo.