UNA BREVE HISTORIA de la TORNERÍA por MICHAEL HOFIUS Aunque ésto no es realmente un torno, sí es el primer indicio del uso del arco como motor para girar un fierro. El arco fue, de que sepamos, la forma mas antigua de motor para el torno. Aún hoy en día, en alguos países Árabes, esta forma de torno impulsado por arco puede hallarse en uso. Es, por su propia naturaleza, una máquina difícil de usar. El pequeño arco utilizado para rotar el material que se monta entre dos centros, es, en principio, igual al del soldado medieval. Pero la cuerda se enrueda una o dos veces al material que se va a tornear. Ya sea al jalar o al empujar al arco, la madera gira hacia el artesano. En el impulso reverso, el arco retorna a su posición original, o sea en la dirección opuesta a la que es utilizable para formar la madera con el uso de los fierros. Ya que la mano no dominante se ocupa en dar impulso al arco, no se halla disponible para manipular a los formones. Por tanto, el artesano los maneja con la mano dominante y con un pie. En algunos casos, el torno es simplemente dos leños ensartados parcialmente en la tierra en una dirección vertical. Una púa de metal es clavada horizontalmente por cada una de los dos leños y éstos sirven de centros para este torno simple. En otros tipos de torno de arco, un marco de madera de forma rectangular y ajustable en su largo se coloca en el suelo. El tornero se sienta en una parte de este marco, manteniéndolo relativamente firme en su lugar mientras arquea y guía los fierros de manera previamente descrita. Aunque obras de algún detalle pueden ejecutarse en estos tornos de arco, en Europa, al menos, hubo un desarrollo el cual aumentó la utilidad del torno. Una rama flexible de árbol, con una cuerda atada en su extremo, repuso a la cuerda del arco. Esta cuerda se enroscaba en la madera que se iba a tornear, con su extremo suelto colgando debajo, conectado a un pedal bruzco o simplemente amarrado en sí para formar una gaza. En vez de tener que impulsar al arco con una mano, ahora podía el operador presionar hacia abajo al pedal o a la gaza, liberando así a esta mano para la manipulación de los formones. Este arreglo simple era casi tan portátil como el torno de arco, requiriendo no más, una conveniente rama para situarse. Era también posible construir rápidamente uno de estos tornos del tamaño necesario. Ésto eventualmente se convirtió en un sistema más permanente durante la Edad Media europea, utilizando una biga flexible en vez de la rama de árbol.
Ya a estas alturas, la creación formal de muebles y, por tanto, la tornería, volvió a darse, a la vez que otras artes y artesanías clásicas. El taller de tornería se hizo relativamente común en la Europa medieval. Estos artesanos se hicieron muy apreciados por las clases nobles, especialmente hacia los principios del siglo XV cuando la tornería, al lado de la escultura, llegaron a ser las formas principales de ornamentación arquitectónica y del inmueble de los salones de los privilegiados. Comunmente se empleaba un Tornero, un Ebanista y un Escultor en muchos de los castillos, para practicar las artes especializadas requeridas para la creación de sillas lujosas, las cuales se hacían cada vez más populares entre las clases mercantiles. Con el incremento en el número de estas familias de clase media, se hizo más y más deseable lucir sus riquezas y hacerse ver más importantes que los nobles. Si el lector tiene la oportunidad de visitar al Museo Isabella Stewart Gardner o el Museo de Artes Finas (los dos en Boston, Massuchusetts) podrá apreciar exquisitos ejemplos de muebles torneados europeos y americanos del siglo XVII. No solo se creaban piezas para muebles en el torno. Elementos arquitectónicos torneados se empezaron a dar en Europa durante el Renacimiento. Al tiempo de la colonización de la Bahía de Massachusetts en el siglo XVII, florones, florones-gotas, balaustres, nabos, postes de escala y otros elementos de las construcciones se diseñaban y se creaban por torneros. Los mas detallados elementos de mueblería producidos de esta manera aparecen desde los fines del siglo XVI (en Inglaterra y Alemania) hasta mediados del siglo XIX (en Inglaterra, Canadá y los Estados Unidos). En términos de detalle arquitectónico, se dieron los mas detallosos elementos torneados desde los fines del Período Federal estadounidense hasta los últimos años de la Era Victoriana. Probablemente los elementos torneados más finos pueden aún hallarse en Boston, San Francisco, y Philadelphia. Donde las casas de madera Victorianas son la norma, búsquense intrigantes columnas, balaustres, postes de escala y florones. También en los vecindarios Back Bay y South End de Boston pueden verse escalas interiores del más hermoso detalle en los cientos de domicilios de ladrillo. En el período de tiempo empezando con el Renacimiento y acabando con la terminación de las grandes monarquías en el siglo XIX, la tornería de objetos delicados fue el pasatiempo de muchos nobles. Donde las mujeres nobles se obsesionaban con tapicería de un alto detalle, los hombres nobles se consumían en la creación de piezas torneadas muy elaboradas en marfil, Palo Negro y Ébano. Para ésto a menudo utilizaban máquinas producidas por la familia Holtzapffel, especialmente durante el siglo XIX. Se ha dicho que Enrique VIII de Inglaterra era un Caballero-Tornero. Puede ser difícil para nosotros imaginarnos a este monarca, quien ha descendido en la Historia como, al menos, de una naturaleza dudosa, como un indivíduo tan creativo, pero también, era muy adepto al tocar el Arpsicordio. El Amor del Arte es, al fin de cuentas, universal en nuestra especie, aún entre los más despreciosos tiranos. Los tornos utilizados antes de enlazarce la fuerza hidráulica y, después del vapor, fueron impelados por un pedal meneante, tal como se ve en antiguas máquinas de coser. Éstos producían una acción rotatoria, haciendo posible que los formones pudieran continuamente aplicarse al trabajo, sin las interrupciones de la acción reciprocante. También vale la pena mencionar la llamada Gran Rueda que requiría ser manubriado, usualmente por un aprendiz. Era simplemente una rueda grande que, conectada por medio de una cuerda o faja, hacía girar a las poleas menores del torno. Ya sea impulsado a mano o a pie, las poleas y el mandril girante del torno juntos llegaron a llamarse el cabezal. De tal forma llegó a llamarse cola al otro centro opuesto. Hoy día el centro de la cola usualmente gira libremente en cojinete íntegro y a menudo, se le llama centro vivo. Con la venida de la maquinaria fabricada de hierro forjado y de acero forjado durante la segunda mitad del siglo XIX la tornería de superficie plana se hizo más posible. Las cuencas y las molduras en radio podían tornearse a mano utilizando solamente el cabezal. Muchos torneros aficionados y demasiados artistas de tornería se han hecho notorios por su prolífica creación de cuencas ad nauseum. Pero la cuenca no es el único vesículo que puede crearse en el torno. Cálices, cajuelas redondas, urnas, y una variedad de otros vesículos han sido creados por torneros atravez de los siglos. Para leer una descripción bastante completa de artículos creados en el torno durante le Era Victoriana, refiérese al muy completo texto sobre este tema, escrito por John Jacob Holtzapffel. En nuestra era de producción en serie, el torno se ha convertido en una máquina controlada por computadora de alta precisión, torneando miles de artículos cada día en toda clase de material desde la madera Balsa hasta el acero de Titanio. Aún así, hay nicho para la obra de arte única. He hecho una vida de la tornería, como replicador manual y como artista, creando piezas individuales para aquellos que gozan de la calidad invitadora y personal de la madera fina. Es mi deseo que esta breve historia sea informativa y útil. He incluído una bibliografía conteniendo algunos de mis libros favoritos que incluyen información sobre la tornería. Le agradezco su interés en mi forma de arte.
Michael Tracy Hofius Castañeda- Mayo, 1997.
Hand
The Principles and Practice of Ornamental or Complex Turning por
John Jacob Hotzapffel:
Country Furniture por Aldren A. Watson:
HAND TOOLS Their Ways and Workings por Aldren A. Watson: |