XVI

Vacía tu mente de todo pensamiento,
Deja que tu corazón esté apaciguado.
Observa el tumulto de los seres,
pero contempla su retorno.

Cada ser separado en el universo
retorna a la fuente común.
El retornar a la fuente es la serenidad.

Si no te aconcientas de la fuente,
te tropiezas en la confusión y el dolor.
Cuando te das cuenta de donde has venido,
naturalmente te tornas tolerante,
desinteresado, divertido,
amable como una abuela,
digno como un rey.
Sumergido en la maravilla del Tao, puedes abarcar cualquier cosa que la vida te traiga,
y cuando venga la Muerte, estás preparado.