La manera en la cual una persona practica la sexualidad es una indicación de su nivel de evolución.
Personas no desarrolladas practican la copulación sexual ordinaria.
Poniendo todo énfasis en los órganos sexuales, ellas ignoran los otros órganos y sistemas del cuerpo.
Cualquier energía acumulada es sumariamente descargada y las energías sutiles son similarmente disipadas y desordenadas.
Es un gran brinco hacia atrás.
Para aquéllos que aspiren a los reinos superiores de vida existe la cultivación angélica dual.
Puesto que cada porción del cuerpo, mente y espíritu desea la integración de Yin y Yang, la copulación angélica es guiada por el espíritu en vez de los órganos sexuales.
En tanto que la copulación ordinaria toma esfuerzo, el cultivo angélico es calmado, relajado, callado y natural.
En tanto que la copulación ordinaria une órganos sexuales con órganos sexuales, él une espíritu con espíritu, mente con mente y cada célula de un cuerpo con cada célula del otro cuerpo.
Culminando no en disolución sino en integración, es una oportunidad para que un hombre y una mujer se transformen y se eleven mútuamente al reino de bienaventuranza e integridad.
Las maneras sagradas de copulación angélica son enseñadas únicamente por uno que ha podido alcanzar integración enérgica total y solamente a estudiantes que siguen la Vía Íntegra con devoción profunda, buscando purificar y pacificar al mundo entero, a la vez que a su propio ser.
Si la virtud de uno es especialmente radiante puede que sea posible abrir un sendero al reino sutil y recibir estas enseñanzas directamente de los inmortales.