LXVII

Algunos dicen que mi enseñanza es necedad.
Otros lo consideran altivo pero impráctico.
Pero a aquellos que se han visto por dentro,
esta necedad tiene perfecto sentido.
Y para aquellos que lo practican,
esta altivez tiene raíces bien profundos.

Tengo solamente tres cosas que enseñar:
simpleza, paciencia y compasión.
Estos tres son tus tesoros más grandes.
Simple en acción y en pensamiento,
retornas a la fuente del Ser.
Paciente tanto con amigos como con enemigos,
te acuerdas con la manera de ser de las cosas.
Compasivo hacia ti mismo,
reconcilias a todos los seres del mundo.