LXVIII

El mejor de los atletas
quiere que su oponente esté en su mejor condición.
El mejor de los generales
entra la mente de su enemigo.
El mejor de los negociantes
sirve el bien comunal.
El mejor de los líderes
sigue la voluntad del pueblo.

Todos incorporan
la virtud del no-competir.
No es que no gocen del competir,
pero lo hacen en el espíritu de juego.
En ésto son como niños
y están en armonía con el Tao.