LXXII

Cuando pierden su sentido de asombro,
la gente recurre a la religión.
Cuando ya no se fían en sí mismos,
empiezan a depender de la autoridad.

Por tanto, el Maestro toma un paso hacia atrás,
para que la gente no se confunda.
Él enseña sin ninguna enseñanza,
para que la gente no tenga nada que aprender.