XXI

Cada momento es frágil y fugaz.
El momento del pasado no se puede preservar, no importa su belleza.
El momento del presente no se puede retener, no importa cuanto se goce.
El mundo del futuro no se puede atrapar, no importa lo deseable que sea.
Pero la mente se desespera por fijar al río en un lugar:
Poseído por ideas del pasado, preocupado con imágenes del futuro, ignora la sencilla verdad del momento.

La que puede disolver su mente, de repente descubrirá al Tao ante sus pies y claridad a la mano.