XXXII
El ego dice que el mundo es vasto y que las partículas que lo forman son minúsculas.
Cuando las minúsculas partículas se juntan, dice, el mundo vasto aparece.
Cuando el mundo vasto se dispersa, dice, minúsculas partículas aparecen.
El ego se enpasma con todos estos nombres e ideas, pero la verdad sutil es que el mundo y la partícula son lo mismo; ninguno vasto, ninguno minúsculo.
Cada cosa es igual que cada otra cosa.
Los nombres y los conceptos sólo estorban tu percepción de esta Gran Unitud.
Por tanto, lo sabio es ignorarlos.
Aquéllos que viven dentro de sus egos están siempre confusos: luchan frenéticamente por saber si las cosas son grandes o pequeñas,
Que si hay propósito en juntar o en dispersar,
Si el universo es ciego y mecánico o si es la creación divina de un ser conciente.
En realidad no existe base para tener creencias acerca de tales cosas.
En vez, mira tras ellas y discerñirás la verdad profunda, silenciosa y completa del Tao.
Acójala y tu confusión desvanece.
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