LXXI
La transformación hacia la vida eterna es gradual.
La energía bruta, pesada del cuerpo, mente y espíritu debe ser primero purificada y elevada.
Cuando la energía ascienda al nivel sutil, entonces la maestría propia puede ser buscada.
El instructor sabio enseña los principios poderosos de la integración propia solamente a aquéllos quienes hayan alcanzado un alto nivel de purificación propia y maestría propia.
Además, toda enseñanza apropiada sigue la ley de respuesta enérgica: el método más efectivo es siempre el cual al que la energía natural del estudiante más armoniosamente responde.
Para uno el celibato y el cultivo propio serán más apropiados; para otro el cultivo dualístico apropiadamente guiado dará el mejor beneficio.
Un maestro discerniente determinará el balance de prácticas más apropiado para cada individuo.
En cualquier caso, reconoce que toda técnica y toda maestría son transitorias; la realización verdadera viene de la fusión directa del ser propio con la energía divina del Tao.
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