II

Los hombres y las mujeres que desean ser conscientes de la verdad entera deben adoptar las prácticas de la Vía Íntegra.
Estas prácticas, probadas por el tiempo, calman la mente y lo armonizan a uno con todas las cosas.

La primera práctica es la de la virtud incondicional: cuida a los merecedores; así tanto e igualmente cuida a los que no merecen.

Cuando extiendes tu virtud en todas las direcciones sin discriminar, tus pies están firmemente plantados en la senda que retorna al Tao.