¿Quieres liberarte de los nudos mentales y emocionales y hacerte uno con el Tao?
Entonces, hay dos sendas a tu disposición.
La primera es la senda de la aceptación.
Afirma a todos y a todo.
Extiende liberalmente tu buena voluntad y tu virtud en toda dirección, sin importar las circunstancias.
Abraza a todas las cosas como parte de la unitud armoniosa y empezarás a percibirla.
La segunda senda es la del denegar.
Reconoce que todo lo que veas y pienses es una falsedad, una ilusión, un velo sobre la verdad.
Remueve todos los velos y llegarás a la unitud.
Aunque estas sendas son completamente distintas, ellas te conducirán al mismo lugar: conciencia espontánea de la Gran Unitud.
Ya una vez arribado a ella, recuerda esto: no es necesario luchar para mantener unidad con ella.
Sólo tienes que participar en ella.